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Michelangelo Ristorante: Visita Obligada - Blog UnViajeAmericano.com
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Michelangelo Ristorante

Hoy en Bolivia se celebra el Día del Padre y por ese motivo, hemos decidido hacer este post honrando tres generaciones de hombres apasionados, que durante años han trabajado para que hoy podamos disfrutar el querido Michelangelo, nuestro restaurant favorito en Santa Cruz de la Sierra.

¿Cómo llegamos a Michelangelo?

Una maqueta representando la vieja casona.

Toda historia tiene un comienzo. Esta, en particular, tiene uno muy bonito.

Hace más de diez años, mientras estudiaba en la Universidad, conocí a Diego Suárez Escalante, un joven boliviano muy apasionado de su país y de la política en general. Se notaba su entusiasmo y su amor al conocimiento.

Desde que nos conocimos, se generó una linda amistad que se mantiene vigente hasta el día de hoy. Su amor hacia Bolivia me contagió y prometí visitarlo algún día. Esa promesa se mantuvo intacta por más de diez años. Y fue cumplida.

Al llegar a Santa Cruz de la Sierra, visitamos a Diego y su adorable esposa Ana (gran cocinera por cierto). Muy amablemente nos invitaron a pasar unos días junto a ellos en la preciosa casa que recientemente se habían podido mudar. ¡Seríamos sus primeros huéspedes! Es hermoso cuando tus amigos te hacen sentir en casa. Más aún, cuando lo hacen de corazón, con una amabilidad difícil de explicar. A tal punto, que luego de unos días aquí ya nos sentimos «Más Camba que la Yuca».

Entre charlas, los chicos se dan cuenta de nuestro amor a las pastas. Allí mencionan la historia de un restaurant increíble que pertenece a su abuelo. Sin ninguna duda quisimos conocerlo, y regalarles unas fotografías para el recuerdo. Aquí estamos.

Increíble colección de vinos.
Increíble colección de vinos.
Junto a nuestros amigos Diego y Ana.

Michelangelo es un restaurant familiar creado ni más ni menos que en la casa de sus abuelos… una belleza.

El restaurant tiene varias décadas en funcionamiento. De hecho, sigue siendo administrado hoy en día por los hombres de la familia. Atención, no es que las mujeres no quieran trabajar, es que su dueño ha tenido… ¡ni más ni menos que cinco hijos varones!

El Nono

Un párrafo aparte para este adorable señor 🙂

Es imposible evitar enamorarse del abuelo de la familia. Apenas ingresamos Michelangelo, encontramos un amigable señor sentado al costado de la barra con una particular campera azul y una gigante sonrisa. Detrás suyo, una fotografía que parecía un calco de ese momento. Imposible no sonreír al verlo y pegarle un fuerte abrazo.

Inmediatamente, el Nono nos compartió orgulloso anécdotas sobre este espacio que alguna vez ha sido la vivienda donde crió a sus hijos y nietos. Hoy, sería su fuente de trabajo. Es emocionante.

Aunque no lo parezca tiene 88 años de edad, y aún conserva su sonrisa y picardía adolescente. Nos sorprendió al contarnos que él era Piloto Comercial de Avión, una profesión muy unida a nosotros, ya que nos hemos casado en un Aeroclub. Y, además, comenzó a relatarnos cómo viajó con un sencillo avión del año 1950 desde su Bolivia natal hasta Estados Unidos, hace ya más de 50 años y con sin equipos electrónicos. Un relato hermoso, donde abundaban anécdotas en las islas de Centroamérica. Estábamos frente a un viajero de buena cepa, un apasionado de la vida como nosotros. Quedamos enamorados con el Nono. Especialmente Natasha, que ya se lo quería llevar con nosotros en La Ñata.

Bromeando junto a Diego sobre su talento como enólogo :)
Bromeando junto a Diego sobre su talento como enólogo 🙂

Conociendo Michelangelo desde adentro

Junto al Nono, se encontraba su nieto Matías Suárez , un nuevo amigo del camino. Es un joven brillante que también estudió Lic. en Gastronomía en la misma Universidad que nosotros en Argentina. Es un verdadero profesional con gran visión de negocio.

Es fácil distinguirlo a la distancia, no sólo por su metro noventa de altura, sino por su enorme sonrisa. Seguro la heredó de su abuelo.

Luego de una linda charla sobre sus proyectos para Michelangelo y la marca, Mati nos invitó a hacer una recorrida «detrás de escena» y así conocer los secretos que hacen de esta joya uno de los mejores restaurants de la ciudad.

Mati, dueño de una gran sonrisa y visión de negocio.

Fue sorprendente encontrarnos con detalles bien cuidados de época, como ser el dormitorio de sus abuelos junto a su baño, una elegante cava con una colección extraordinaria de vinos clásicos, y un sinfín de elementos decorativos donde su madre se lleva el premio al buen gusto. Era obvio que existía un cerebro femenino detrás de todo esto.

Al regresar a la mesa, nos sorprendieron con un abundante conjunto de deliciosos platos. Nos deleitaríamos con entradas de exquisitos quesos preparados con verdadero estilo italiano, siguiendo por unas pastas increíbles acompañadas con pesto casero, carbonara y frutos de mar. Espectacular.

Un brindis de despedida

Hicimos juntos un brindis agradeciendo la vida con un Singani local de gran calidad llamado Don Lucho, una bebida con alto grado de alcohol que según nos comentaban es de excelente calidad porque posee tres etapas de destilación.

Nos llamó la atención que dejara un agradable sabor a uva en paladar a pesar de su fuerte sabor. Fue la primera vez que lo probamos. Muy interesante.

MENCIÓN ESPECIAL

Honrando el Día del Padre que hoy se celebra en Bolivia, hacemos una mención especial para estos dos hombres que llevaron a adelante el sueño de hacer su propio restaurante en su hogar.

-«Esto es lo mejor que tiene la ciudad», dijo orgulloso sobre su padre al abrazarlo mientras tomábamos esta foto.

Gente hermosa que fomenta los valores del trabajo, la familia y el respeto por su comunidad.

Padre e hijo, felicidad y orgullo en una sola foto.

Síntesis

Pasamos una velada inolvidable. Conocimos hombres inspiradores con un fuerte sentimiento de familia impregnado al mayor detalle. En cuanto al Restaurante, más allá de nuestro fanatismo por la comida italiana y estos dueños increíbles, sólo basta leer las excelentes devoluciones que la gente le da en TripAdvisor. Uno de los mayores gustos que podemos darnos en este viaje es conocer desde adentro cómo funcionan este tipo de emprendimientos familiares, quienes enaltecen la imagen y cultura nuestra región.

Michelangelo Ristorante
Dirección: Chuquisaca 502. Santa Cruz de la Sierra, Bolivia.
Este post es un homenaje a la Familia Suárez. Un ejemplo de trabajo, respeto y constancia.
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De Argentina a Alaska... y algo más :)